El globo aerostático, nuestra herramienta de trabajo

La empresa de Vol de Coloms hace más de 32 años que comenzó su aventura por la comarca de la Garrotxa. Todo empezó cuando los cuatro hermanos Colom se desplazaron hasta la población de Igualada, para comprar su primer globo aerostático.

A partir de ese día, los habitantes de la Garrotxa han convivido y aprendido de esta aeronave que funciona completamente diferente de un avión, de una avioneta o de un helicóptero.

Primero de todo, debemos pensar que no tiene mandos, ni volante, ni palancas para controlar la dirección. El globo va a la dirección que va el viento. Esto significa que en función de la velocidad y dirección que vaya el viento en cada altura, será la velocidad y dirección que irá el globo. Siempre sabremos de dónde despegaremos, pero nunca sabremos dónde aterrizaremos hasta el momento de tocar el suelo.

Podrías decir, pues, porque se necesita un piloto si al final el globo hace lo que quiere. Pues aunque no pueda controlarse la dirección, el piloto sí puede decidir si el globo sube, se mantiene o baja de altitud. Esto puede hacerlo, calentando el aire interior de la vela o dejándolo enfriar. De esta forma, puede decidir a qué altura vuela y quedarse en la masa de aire que más le convenga, para ir hacia un sitio donde se pueda aterrizar sin problema.

Por ejemplo en la zona de la Garrotxa que el 80% del territorio es masa forestal, el piloto es importante que planee el vuelo desde el principio. Por eso, empieza a subir para descubrir qué vientos hay en las diferentes altitudes. Una vez lo ha comprobado, decide cuál es lo mejor para poder cruzar cordilleras y bosques e ir hacia un valle donde poder bajar y encontrar un sitio para aterrizar.

Además de esto, el piloto puede hacer girar el globo sobre su mismo eje. Esto no influye en la dirección, pero es muy importante para poder orientar el globo en la parte delantera del globo a la hora del aterrizaje.

Como puedes ver, volar en globo es una buena aventura porque dejemos que sea la naturaleza quien elija nuestro destino. Nosotros sólo tenemos que observar que vayamos viento lo que nos va pasando por debajo de nuestros pies y disfrutar de la paz de flotar por el cielo.

Así que ya sabes:

¡Disfruta de esta bonita aventura!

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