A diferencia de otras aeronaves, el globo aerostático no tienen ni timón, ni volante, no podemos dirigirlos en el sentido que queramos. Van en la dirección que va el viento.
Para hacernos una idea de cómo el viento condiciona el pilotaje de un globo aerostático, podemos imaginarnos el cielo como un gran corte de pastel, formado por diferentes capas superpuestas. En cada capa, el viento puede soplar en una dirección y con una intensidad distinta. El piloto, una vez sabe que existe en cada una de las capas, se sitúa en la que le lleve hacia la dirección más adecuada para encontrar un lugar para aterrizar.
Además de conocer el comportamiento vertical del viento que se descubre en el mismo momento del vuelo, también es muy importante conocer cómo el viento varía en función de la orografía del terreno. La Garrotxa, con su paisaje natural y montañoso, está atravesada por diversas cordilleras que dividen la comarca en diferentes valles. Aunque el comportamiento del viento puede variar todos los días, cada valle presenta unas dinámicas y patrones que se repiten con cierta regularidad, y conocerlos es clave para planificar el vuelo.
Los valles paralelos al Pirineo y con apertura hacia el mar tienden a presentar un patrón bastante característico: por la mañana, el viento suele recorrer el valle de oeste a este. Sin embargo, esta dinámica puede cambiar a medida que avanza el día. Sobre todo en épocas de más calor, es probable que entre la marinada, una brisa procedente del mar que puede cambiar la dirección y velocidad del viento en el valle. Los valles de Santa Pau, Hostoles o Llierca son ejemplos claros donde a menudo se pueden observar estos patrones.
En cambio, en valles más pequeños, cerrados o con una orografía más irregular, el comportamiento del viento puede ser mucho más variable e imprevisible. En estos casos, las condiciones pueden cambiar significativamente de un día a otro, e incluso a lo largo de una misma mañana. Un ejemplo sería el valle de Bas.
En cuanto a las condiciones que afectan al conjunto de la comarca, es destacable cómo nos llega la tramontana. Este viento no llega a la misma intensidad que en el Empordà, principalmente porque los Pirineos actúan como muro de contención. Esto hace que muchos días que el viento es muy virulento en la costa, a nosotros nos llegue a menos velocidad a altitudes hasta 1500 y 2000 metros que nos permiten atravesar la cordillera del Corb a una velocidad correcta para tener una duración de hora y media y aterrizar sin peligro.
A pesar de los conocimientos y la experiencia acumulada, hay que tener claro que cada día es diferente. Los vientos nunca se mueven exactamente a la misma velocidad ni en la misma dirección, lo que hace imposible aplicar una ciencia exacta al vuelo en globo.
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